¿Acaso estudiar ciencias económicas hace a la gente mentirosa?, esta es la pregunta que un grupo de científicos de la Universidad Autónoma de Madrid se propuso resolver. Los investigadores estudiaron "las preferencias sobre la verdad", es decir, las preferencias que tiene una persona de decir una verdad sobre una mentira, para ello diseñaron un experimento basado en una prueba de computadora con un ligero incentivo para mentir y realizaron la prueba a 258 estudiantes de la universidad. La pantalla de la computadora mostraba dos colores, a los participantes se les pagaba 14 euros por decir que el color mostrado era azul y 15 euros por decir que era verde, sin importar el color que se les mostraba en la pantalla. El resultado fue que los estudiantes de economía burlaron el sistema.
En otras palabras, el estudio intentaba determinar que sujetos maximizarían los resultados y cuáles actuarían de manera honesta. El estudio no encontró diferencias significativas en la honestidad entre hombres o mujeres o entre personas religiosa o ateos.
Sólo los estudiantes de economía se diferenciaron de los demás lo que demuestra que estos tienden a ajustarse más claramente al paradigma del Homo Economicus, o bien con un modo utilitarista o consecuencialista de enfrentar el problema. También es posible que enfrentaran esta situación como un problema de maximización y actuaron buscando obtener los mejores resultados incluso si esto implicaba mentir.
Sólo los estudiantes de economía se diferenciaron de los demás lo que demuestra que estos tienden a ajustarse más claramente al paradigma del Homo Economicus, o bien con un modo utilitarista o consecuencialista de enfrentar el problema. También es posible que enfrentaran esta situación como un problema de maximización y actuaron buscando obtener los mejores resultados incluso si esto implicaba mentir.
Los resultados del estudio son limitados, por ejemplo, no se puede concluir que los economistas están más dispuestos a mentir cuando se hiere a alguien con la mentira, esto depende ya del grado de altruismo de la persona. Aunque si tenemos en cuenta el principio de Ceteris Paribus es posible que esto sea verdad, así si una persona se siente menos mal por decir una mentira por su propio bien también podría sentirse menos mal por decir una mentira que hiera a otro.
Las investigaciones por ahora solo nos permiten concluir, cuando la única razón para no mentir es porque es una mentira, que los estudiantes de ciencias económicas están más predispuestos a decirlas. También se genera una gran inquietud ¿Es posible acaso que en este momento miles de estudiantes estén siendo adoctrinados para ser mentirosos?